domingo, 24 de febrero de 2008

El odio y la falta de significado (La peor analogía)

Quiero escribir un montón de chistes que hagan estallar de risa a quienes los vean, lean, escuchen, sientan o cualquier forma de penetración que tenga un chiste. Quiero escribir algo "original", algo "creativo". Quiero causar sobresaltos y reacciones controversiales. No quiero que me entiendan. Si me entienden es que fracase. Odio tener que complacer las exigencias de gente completamente ajena a mis proyectos (seré claro por primera vez, hablo de la gente que califica el taller de síntesis y evaluación de mi maldita universidad). Gente que no entiende lo que quiero expresar, gente que quiere todo claro ahí para que todos lo entiendan, gente que piensa que quien verá mis creaciones son gente estúpida que necesita ser llevada de la mano para encontrar significados.

Al carajo con ellos. Al carajo contigo. Al carajo conmigo mismo.

Podría decir que estos días van de mal en peor, pero no. Sólo están careciendo de significado. Espero que el significado vuelva como un ave que regresa al final del invierno (la peor analogía).

Siento que mi vida va por ahí como un guión improvisado de alguna comedia surreal británica, lo cual no es malo, pero me había acostumbrado a que cada situación tuviera su porque, ahora me cuesta mucho trabajo encontrarlo. ¿Dónde esta?

Te busco en las personas, te busco en los libros, te busco en internet, te busco debajo de un montón de basura quemada. Quiero encontrarte en el pasado, en el presente y hasta trato de alcanzarte en el futuro. Trato de tocarte en lo real, en lo irreal, en lo surreal, en lo consciente, en lo inconsciente, en lo cercano, en lo lejano, en lo que existe, en lo que no existe. EN TODO.

Ven, te espero en todo momento, ahora siempre dejo mi ventana abierta.

jueves, 21 de febrero de 2008

De viajes espaciales a piezas de rompecabeza

Estoy viajando por toda velocidad en un espacio inerte infinito. De vez en cuando choco contra unos pequeños mundos. Mundos bastante similares al mío pero muy diferentes en esencia. En ellos encuentro paisajes similares a los que estoy acostumbrado. En esos pequeños mundos también encuentro piezas de rompecabeza. No encajan entre sí tales piezas, parecen mostrar lo que es un rostro familiar pero dudo que es lo que lo envuelve. Siento insetidumbre y un poco de miedo. Trato de embonar las piezas con mis propias piezas. Perfecto, algunas encajan. El paisaje sigue siendo familiar y totalmente ajeno al mismo tiempo.
Sigo vagando por la nada, sucede lo mismo. Me atrapan fuerzas gravitatorias, me obsequian más piezas (a veces tienen sentido, a veces no), las embono con las mías, la imagen crece y sigue sin mostrar ni pies ni cabeza. Formas deformes.
Pronto caigo en la inconciencia. Todo se vuelve más negro. Cuando despierto, trato de llenar los espacios vacíos de ese rompecabezas infinito, ese rompecabezas sin forma, ese rompecabezas...

...regalenme más piezas.

sábado, 16 de febrero de 2008

Un deseo incontrolable de ir al cento o porque amo Dragon Ball Z

Tuve un ataque por parte mi amiga la espontaneidad. Tuve un deseo incontrolable de ir al centro, sólo a ver que hacía. Así que salí de mi casa y tome la ruta 62 que luego me llevo a la estación de San Jeronimo donde tome la oruga (sistema de transporte urbano con forma de "oruga", aclaración hecha por si hay algún lector que no sea de León, ¿tendre tal cosa como un lector?).
Pude haber tomado un camión que llegara más rápido y directo al centro pero me dieron ganas de tomar la oruga. Después de algunas canciones en mis oídos llegué al centro.
Fui a jugar en las maquinitas. Jugue Metal Slug (ah, como me he enamorado de Metal Slug en los útlimos días), Pump It Up (uno de mis viejos favoritos), trate de jugar House of the Dead pero la maquina no servía, también jugue... bueno, infinidad de juegos. Cuando tengo esta clase de deseos es mejor satisfacerlos.
Después de un rato fui a la plaza de la tecnología y estaban pasando Dragon Ball Z en una tele, más específicamente el final de la saga de Cell. No sé porque, pero quede cautivado ante tales imagenes, recorde porque amaba ver Dragon Ball, ver esas peleas interminables de hasta 5 episodios o más donde siempre el villano sacaba más y más sorpresas y los protagonistas sólo podían quedarse en shock. Esas secuencias tan simples de golpes a altísima velocidad, las bolas de energía enormes, el Kamehame Ha de Cell contra el de Gohan.
En fin, jamás terminaría de enumerar todas las cosas que amo sobre Dragon Ball. Y recorde que próximamente saldrá una película live action de Dragon Ball. Hasta ese momento pensaba que quizás la película tendría la posibilidad de ser buena... pero siento que la gente de Hollywood no está captando la esencia de Dragon Ball. No se están fijando en los detalles esenciales que hicieron grande al concepto.
No puedo decir más hasta ver el trailer de la película, sólo hasta ese momento sabré si la película será grandre, pero la verdad dudo que lo sea.
Creo que la película deberia hacerse de la misma manera en que se hizo 300 o Sin City, con ayuda de croma para generar todo el ambiente con la computadora y con secuencias de pelea similares a las de Matrix (más específicamente la batalla de Neo contra Smith al final de Revolutions). No soy muy partidario de que las películas se hagan así, pero creo que sería la única manera de que esta película fuera grande. Incluso se me ocurrió un buen argumento y narrativa para la película, pero contarlo ahora se me hace muy pretencioso y además me da hueva escribir.
Luego fui a... Fin del Post.

viernes, 15 de febrero de 2008

Pensamientos ambiguos o monologando sobre el presente

"La realidad puede no ser verdad y la verdad puede no ser real" es una cita del libro que en estos momentos estoy leyendo. El libro se llama Crónica del pájaro que da cuerda al mundo. Pero lo importante ahora no es el libro.
La vida cambia rápidamente, mucho muy rápido. Cuando apenas me estoy adaptando a la lógica y funcionamiento del presente sucede algo que lo destruye todo y lo vuelve a armar de una manera muy parecida, pero esa reproducción no es del todo fiel. Es como si el mundo estuviera armado con legos y nadie se diera cuenta.
No puedo calificar estos momentos como los mejores de mi vida, pero tampoco los puedo bautizar como los peores. Me gustaría ser claro sobre las cosas que estoy pensando en el momento de escribir esto, pero son cosas tan extrañas incluso para mi mismo. Fusibles fundidos, visitantes alienados del pasado, explosiones mentales, espejismos e ilógica metidos en una caja.
Me asombra como esas pequeñas coincidencias de todos los días son las que forjan el presente, a veces un presente placentero y otras veces no tant. Me llena de incertidumbre pensar que hubiera pasado si todo eso no hubiera estado en el lugar correcto y en la situación correcta.
Es como jugar una partida de Tetris, ver como esas piezas que caen del cielo de manera aleatoria determinando la manera en que todo se desarrollara y terminara. A veces esperamos esa pieza en forma de "l" que elimine todos nuestros problemas pero solo llegan esas horrorosas "S'" o "Z" que vuelven todo más complicado y enredado. Todo se vuelve más rápido conforme pasa el tiempo, y lo peor de todo es que al final todo se acabará.
Hoy me pregunté cuál sería la última canción que escucharía en mi vida. Carajo, ¿Cuál fue la primera canción que escuche?
Siempre he tratado de encontrar la verdad de todo esto, pero cuando logro poseerla me doy cuenta que proclamar tener la verdad absoluta es una responsabilidad muy grande.
Cada día siento todo más irreal e incomprensible. "Nothing makes sense anymore". Aunque eso me irrite un poco también me emociona y tranquiliza. Me emociona porque no se que pieza va a caer mañana y me tranquiliza porque... no sé porque me tranquiliza.

"La realidad puede no ser verdad y la verdad puede no ser real"

domingo, 3 de febrero de 2008

4:37

Me encanta tener un blog, podría decirse que es uno de mis hobbies. El único problema que tengo es que no se me ocurre fácilmente que postear en él.
En estos mismo instantes aún sigo sin tener claro a donde ira este post. El campo de texto del título se encuentra vacío y pidiendome que escriba sobre él. Se me ocurria escribir de nuevo de lo mucho que me gusta una canción como el post pasado, pero se me hace algo repetitivo. Podría escribir sobre las sensaciones que tengo todas las mañanas (o a veces tardes) al subir al camión para ir a la escuela. ¿Para que tener que elegir de entre las dos?
Me encontraba sentado en la parte de atrás de la ruta 62, cuando de pronto mis audífonos me susurraron una canción de los Beatles, I want you (She's so heavy).
En esos instantes la canción sono, no se como definirlo, me sono más profunda. La repetitiva melodía y la constante repetición de la letra I want yoouuuuu me hizo recordar a la vida cotidiana misma. Aquellos kilobytes convertidos en sonido me recordaron la insoportable rutina que llevo a diario, el tormento que puede llegar a ser desear algo o alguien todos los días y tener que soportar el fracaso de sólo poder verla de lejos (así es, me recordo al maldito, maldito amor, ¿o era solo el deseo?). La monotonía y tranquilidad de la canción se rompe cuando se escucha estrepitosamente el She´s so... Heaaaaaavyyyyyyyeeeee aahhhhhh!!!! y el clímax llega en el minuto 4:37 cuando la canción estalla y la melodía comienza a repetirse una y otra y otra vez hasta culminar en un inesperado y frío silencio, tan callado como si alguien le hubiera destrozado la sien a la rola con un disparo.
En esos mismos momentos, me sentí como el protagonista de un videoclip, sentado ahí tranquilamente, deseando que la canción durara eternamente. Sentí deseos de quedarme en el camión y repetir una y otra vez todas estas sensaciones, pero al final de la tarde fui devorado de nuevo por la tediosa y gris sustancia de mi horrible, horrible rutina.